viernes, 29 de julio de 2016

El Mundo de Pepe

Leuka y Dave han tenido a su bebé. Todo ha ido muy bien. Se llama Pepe a secas. Ni Jose ni José, sólo Pepe. Y ha nacido cuando en España llevamos ocho meses con un gobierno en funciones. Dentro de unos años, cuando sus padres le hablen de su nacimiento, posiblemente le digan que justo entonces la gente comenzaba a cazar pokémones imaginarios por las calles, gobernaba un partido que se llamaba como él, PP… tan corrupto tan corrupto que mandó borrar 35 veces un disco duro que contenía las pruebas sobre tal comportamiento. Pero para Pepe esto serán cuestiones de la prehistoria… entre otras cosas porque no sabrá qué es un disco duro. Cada hombre vive su tiempo, y el de los abuelos es agua pasada y estancada.



He visto nacer a Leuka y he visto nacer a Pepe… no sé, al final comprendemos que cada hombre sólo es un momento insignificante. Un instante encarnado y consciente de sí mismo durante esa fracción infinitesimal de tiempo. El resto, es decir, el infinito temporal que nos rodea, no nos pertenece.

Ha nacido este pequeñajo y, no sé por qué, me ha entristecido. No me ha pasado esto con mis propios nietos… ha sido con Pepe. ¿Cómo será el Mundo de Pepe? Posiblemente competitivo hasta límites inhumanos. La teoría económica que nos mueve hoy día va a tener un largo recorrido en el tiempo y unas consecuencias desastrosas para la libertad y la felicidad de los ciudadanos. El neoliberalismo que nos gobierna es un concepto de vida que reduce la presencia de la política y del Estado hasta un mínimo imprescindible (…la política y el Estado eran hasta ahora una pequeña garantía que intentaba dar igualdad de oportunidades y un esbozo de felicidad a la gente). Los Estados y los grupos de Estados ya están absorbidos de hecho por las grandes corporaciones empresariales que sobrevuelan sobre ellos, dueñas de las producciones de todo tipo de bienes y servicios, los de hoy y los del futuro, y con un poder económico real que supera con creces el de cualquier Estado. En el Mundo de Pepe, los acuerdos comerciales entre las mega-corporaciones y los Estados, y las reglas para solucionar tales conflictos, serán las únicas leyes que modulen la vida de los ciudadanos. Será una vida por y para la libertad de los mercados, y para que tal concepto fluya, es necesaria la opresión de los ciudadanos que trabajan en la base de la pirámide social. 

En el Mundo de Pepe, los ciudadanos estaremos convertidos en competidores que pelean para sobrevivir, con sueldos de miseria que nos mantenga en la imperiosa necesidad de seguir emprendiendo empresas innecesarias, peleando contra tus iguales en lugar de pelear contra tus enemigos de clase. En ese mundo se agacha la cabeza para seguir explotado y callando cualquier crítica para poder seguir siendo explotado… porque seguir explotado es la única posibilidad de comer y dar de comer a tus hijos. Viviremos en el más despiadado darwinismo social que es lo único que propone este modelo económico, y habremos vuelto a la vieja fórmula social de una minoritaria élite que dirige desde su poltrona, que paga a un ejército de mercenarios (no sólo gente armada que mantenga ahogada cualquier contestación social, sino gente pagada a su servicio, que despliega el trabajo sucio y que se cree privilegiada por estar ahí, encima de la plebe). Será una élite que defiende sus propios intereses, dueña de todos los medios audiovisuales para que exhiban a unos popes mediáticos que justifiquen intelectualmente esta situación sociológica como algo ortodoxo, inevitable y sin alternativas… Y lo lograrán: estaremos convencidos de tal cosa. Y tal cosa será el fin de la historia.

El Mundo de Pepe, que también es el de Vega y el de León, será una distopía triste. Llena  de gente que no la perciba ni por asomo porque, entre otras cosas, nos convencerán de la importancia de buscar seres virtuales por las calle y de ver una realidad televisada que jamás alcanzaremos. El Mundo de Pepe no es nada nuevo, ya está escrito en numerosos libros… y conste que lo que he descrito en este texto es exactamente lo que tenemos ya, hoy y aquí.

Además de pensar en voz alta estas sensaciones; además de ser un agorero aguafiestas... ¿Qué nos toca hacer a los abuelos? 

miércoles, 13 de julio de 2016

…cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí

Pasan muchas cosas en tu mundo. Tu mundo es esa pequeña porción de universo que te rodea y que te alcanza de alguna forma; es la microscópica fracción de energía que interacciona contigo y te provoca sensaciones. Parece que al final, nos guste o no, lo creamos o no, todo consiste en eso, en percibir a través de tus sentidos algún tipo de frecuencias medibles y reaccionar frente a ellas… pero, tranquilos, amigos, que tal visión del universo y de la vida no significa menospreciar ni privarnos de espiritualidad, conste.

A veces descubres que pasan cosas que, atravesadas por nuestros filtros culturales y personales, deberían hacerte saltar de indignación… pero apenas reaccionas. Seguramente es porque hemos evolucionado para eso, para sobrevivir a cualquier cosa, incluso a la observación directa de la barbarie más grandiosa o de la más estúpida…

…estaba pensando en la muerte en Teruel del torero Víctor Barrio, en la cantidad de gente sin empatía que se ha alegrado de su sufrimiento y lo ha manifestado públicamente, en los insultos que ha recibido por dedicarse a matar toros… y lo he dejado estar porque conscientemente he decidido no reaccionar ante todas las cosas que pasan en mi pequeño universo.

Y, sin embargo, acabo de leer estupideces en sentido contrario… y ahora sí decido reaccionar. ¡Esto no hay quien lo entienda! O tal vez sí (que nos conocemos ya). Se trata de un cura de Villamuñio (León) que dice entre otras lindezas respecto a los que se han alegrado de la muerte del torero Víctor Barrio: 
«…creímos ingenuamente [se refiere este sujeto a los verdaderos españoles, o sea, a los ganaron la guerra en 1939] que a base de educación, magnanimidad y perdón, España se curaría del cáncer que la aquejaba. ¡Craso error! Las células enfermas permanecieron aletargadas durante años, pero han renacido y podrido España de nuevo». (Fuente)

Este hombre es de los que volverían a matar moscas a cañonazos y sajarían en carne sana el cáncer de los malos españoles, empezando por los antitaurinos que no se alegran de la muerte de hombres y se apenan por la muerte de toros, que son mayoría. He parafraseado a Millán-Astray, el famoso necrófilo —lo digo por lo de ¡Viva la muerte! que le gustaba a él propalar— que fundó la Legión Española (junto a don Francisco, caudillo de todos los españoles, quisieran o no), y dejó dicho en 1936 su solución para la unidad de España: 
«¡Cataluña y Vascongadas, Vascongadas y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!».

Lo que parece claro es que la educación de la que habla este cura de Villamuñio tampoco ha llegado a él ni a los suyos. Y eso sí que da miedo.