…así que me fui de casa para ver gente y espacios
abiertos. Porque a pesar de los resultados electorales del 26J, la vida sigue. Acabé
sentado en La Buhardilla y Gema me trajo un Nestea con hielo.
Normalmente pierde mi equipo de fútbol (precisamente
acababa de perder España frente a Italia en la Eurocopa) y normalmente también pierde
mi opción política. No pasa nada. Uno está acostumbrado a estas cosas. La
tristeza no es porque haya vencido un partido conservador y neoliberal, eso
entra en las cábalas; la desazón se desata por una victoria tan vergonzosa que
define a los españoles como seres incapaces de castigar la corrupción política,
nos califica como negados para identificar comportamientos filofascistas, y nos
hace propensos a vitorear políticas que empobrecen a la mayoría y destruyen la
precaria igualdad de oportunidades que teníamos… ¡Y aquí no pasa nada! No
solamente no han perdido las elecciones, es que los españoles les hemos premiado
con catorce diputados más. Corre por las redes sociales una frase genial que
dice: 'Si los españoles fuéramos dinosaurios votaríamos al meteorito'. El que
lo haya inventado es un genio.
Pues no sé… analistas habrá que lo intenten explicar y
seguro que los perdedores tenemos buena parte de la culpa. Servidor ha
terminado con la desazón clavada en el nervio ciático. Nunca había somatizado así
una victoria electoral de la derecha, por eso me he marchado a la puñetera
calle a tomar algo en La Buhardilla. Sólo, conmigo mismo y con mis traumas, y
escribiendo estas chorradas.
...pero, es verdad, la vida sigue. Hay gente muy
contenta (se supone que uno de cada tres ha votado partido Popular). La calle Real
está abarrotada de gente esperando al San Fernando Club Deportivo, que ha
subido a Segunda B, para celebrarlo. Supongo que algún político subirá con
ellos al escenario, y se pondrá la camiseta azulina, como debe ser. Hay un
escenario y música. La música fuerte. Si la música no es atronadora es como si
no sirviera. Un periodista muy conocido por estos lares acaba de pasar con una
pulserita en la muñeca con los colores de la bandera española. A él le gusta,
como a muchos, para eso son españoles orgullosos de serlo, y para eso han
ganado las elecciones. Ya digo que uno de cada tres ha votado Partido Popular.
Un hombre, un voto. Pues eso. Él exhibe orgulloso su condición de vencedor… mientras
servidor arrastra un cuerpo y una mente derrotados por esa victoria que me
resulta vergonzante.
Un petardo ha asustado a las palomas y ahora vuelan alrededor
de la estatua ecuestre de Varela, el primer Ministro de la Guerra que tuvo
Franco… y que ahí sigue puesto, toreando con maestría cualquier ley de Memoria
Histórica que se inventen estos rojos. En La Isla de San Fernando, a Varela le
ponen al cuello una bufanda azulina cada vez que sube el equipo, es como
Cibeles para el Real Madrid o Neptuno para el Atlético… el día que la quiten –la
estatua, digo- no se sabe dónde van a celebrar los ascensos del San Fernando
Club Deportivo… Bueno, ya buscaremos, lo primero es lo primero.
Se ha llenado La Buhardilla y Gema anda que no para… Sí.
La vida sigue a pesar de todo… para unos mejor que para otros, claro. Como de costumbre.