lunes, 25 de enero de 2010

Algo se mueve en Alburquerque


En primer plano el trazado del tranvía Chiclana - San Fernando - Cádiz obstaculizado por la batería de Alburquerque. Al fondo la ciudad de San Fernando. A la izquierda los edificios del Real carenero (Siglo XVI) y el Puente Zuazo que no lograron atravesar las tropas gabachas en 1810.

Isla de León: Tranvía & Batería (11ª entrega)

Repasemos el asunto. Un día, los políticos que representan al pueblo decidieron que era bueno para los ciudadanos de la Bahía de Cádiz (España) que un tranvía discurriera entre Chiclana, San Fernando y Cádiz. Y los constructores de tranvías estuvieron de acuerdo con ellos… o tal vez fuera al revés, que los constructores de tranvías propusieran el negociete a quien tuviera el poder de decidir. Y, es que, esto de buscar los orígenes y las motivaciones de las cosas es complicado porque unas veces todos quieren salir en la foto, y otras, todos quieren echar el culo p’atrás, ¡no sea que salgan en la foto!… Cuestiones estas que nunca los pobres mortales sabemos ni a priori, ni a posteriori.

Y, una vez decidida la construcción del tranvía, los que saben de esto dicen que el único trazado posible era atravesar el Sitio Histórico de las baterías del Puente Zuazo, que es un lugar declarado Bien de Interés Cultural desde los años 40, porque este puente y las baterías que lo rodean, justo hace 200 años sirvieron para detener el avance de la Grande Armée del emperador Napoleón Bonaparte, el mejor ejército del mundo. Y gracias a este lugar, San Fernando y Cádiz quedaron libres de la ocupación francesa, y aquí, en la vieja Isla de León, se refugió el único cuerpo de ejército español que nos quedaba medio en condiciones: el ejército de Extremadura, al mando del Duque de Alburquerque. Gracias a este puente y a las baterías que lo rodean, aquí se refugiaron el gobierno (la Junta Central que pronto se transformó en Consejo de Regencia) y se constituyeron las cortes que en 1810 iniciaron los debates que alumbraron la primera constitución española, la liberal de 1812, La Pepa.

Pero, ¡rediós! ¿Quién puñetas ha puesto esa mierda ahí en medio? Je, je, je… estamos hablando precisamente de la llamada Batería Nueva de Alburquerque, la que osadamente se interpone en mitad del trazado del tranvía… la que contribuyó a detener el avance francés mientras que, en septiembre de 1810 se dijera, y se dejara por escrito, por primera vez que la nación española era libre e independiente, y que no era ni podría ser patrimonio de ninguna familia ni persona; la que dejó escrito que la soberanía reside en los españoles.
Ese montón rectangular de piedra ostionera —que muchos dirán que es una birria de monumento—, sirvió para “…que solo dos kilómetros más atrás, a salvo de los cañones franceses, los diputados libres, reunidos en un pequeño teatro de comedias, decretaran la libertad de imprenta para todos los territorios españoles. Eso ocurrió el 10 de Noviembre de 1810 y dijeron por primera vez en este atormentado país que las personas, de cualquier condición, eran libres y tenían derecho a escribir, imprimir y publicar sus ideas políticas...”

Gracias a esta declaración primigenia —que lo fue gracias, a su vez, a la batería de Alburquerque— servidor puede publicar abiertamente que desconfía de lo que dicen ahora todos los políticos, los que se alzan en valientes adalides para proteger el patrimonio histórico de la Isla… Y dicen: La batería de Alburquerque no se va a tocar, faltaría más… Y añaden: Ya está en estudio un proyecto cojonudo para trasladarla, piedra a piedra, unos metros… Y avisan: Aunque lo más oportuno es soterrar parte de la batería y musealizar la otra cuando se ataque la reconstrucción del Sitio Histórico…

Sí, se han buscado a pulso, ellos solitos, el descrédito que rezuman.


Enero de 2010:

Los constructores de tranvías han derribado unas edificaciones extrañas y añadidas a la vieja batería, y han colocado unas escaleras de madera para acceder a la superficie superior… pero a los dos días la han desmontado. Después de varios meses, algo se mueve en la batería de Alburquerque…




1 comentario:

Anónimo dijo...

que pena de verdad un sitio tan historico