jueves, 30 de julio de 2009

El cementerio de ETA

Imagen de la patria vasca que buscan las valientes alimañas de ETA

— Ahora deberían pillarlos y colgarlos de los pulgares, al sol, hasta que revienten de sed...

 Pues no te digo que no, hijo, y no precisamente de los pulgares. La verdad es que es eso lo que nos apetece a todos, que los cuelguen de los huevos...

Pero eso no puede ser. Tantos años intentando hacer de los hijos personas equilibradas para que ahora caigamos en la provocación. Así que continué...

 Pero si lo hiciéramos así seríamos tan odiosos, tan repugnantes, tan animales y tan descerebrados como estos hijos de puta, hijo. Y, encima, perderíamos todo el derecho a ser mejores que ellos.

Pero me parece que para nuestros hijos, los que han nacido ahora y aquí (en democracia y en España), sea difícil entender la altura moral de una sociedad que se ajusta a la voluntad democrática... y el enorme valor que eso nos proporciona frente a las alimañas. Que serán dañinas y capaces de matar, pero en el fondo son unos pobres diablos que merecen lástima.

Otras veces pienso que es una cuestión de edad, y que con los años aprenderán a solapar las reacciones viscerales —con más o menos trabajo y repugnancia— porque ya sabrán que la razón es el mejor camino para llegar a cualquier sitio.

 Y te digo otra cosa, tío: no me gusta que hables así. Que llevo muchos años invirtiendo en tu educación para que ahora digas lo mismo que un facha de mierda en la barra de un bar.

Pues eso, ¡que se yo! Que no podemos consentir que nos puedan las vísceras... ¡pero qué humano es dejarse llevar, joder!

—...exactamente lo mismo dirán ellos. Así que, por favor, hijo, contrólate.
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lunes, 27 de julio de 2009

Serie Irlanda. Piedras vivas

La Roca de Cashel, condado de Killkenny, centro de Irlanda

En Irlanda las piedras están vivas. Es un pueblo enormemente orgulloso de su historia y, por tanto, respetuoso con las reliquias de su pasado. Y las exhiben siempre, desde las que cuentan historias de piedra hasta las que dibujan un presente más o menos reconocible, pasando por los vestigios medievales de su eterna lucha contra todos los invasores de la isla... Por lo que se ve, para los irlandeses, todas las ruinas son importantes, desde la más humilde piedra tallada hasta las modernas iglesias del XIX o XX. Todas se pueden visitar, y tocar... y cuando las ruinas están vivas se las siente latir porque el recuerdo común les da alma.

Y en los pubs (esos maravillosos y acogedores antros) suena la música propia, que es una música vieja y oída por los parroquianos desde siempre; y colocan carteles hablando de los poetas y escritores irlandeses, o exhiben la declaración de independencia de su país, con orgullo... es una independencia ganada con tesón y las ruinas de sus abadías, catedrales y castillos han sido los eslabones para ello.

Cada vez que servidor de ustedes tocaba esas viejas piedras pensaba en mi tierra adoptiva (San Fernando – Cádiz – Andalucía - España), y recordaba que van a destruir una de las baterías de cañones que detuvieron el avance de Napoleón para que pase un tranvía por encima.

¡Seremos imbéciles!


jueves, 23 de julio de 2009

Isla de León: Tranvía & Batería (8ª Entrega)

FALTA FOTO

Estaba equivocado. La prensa local (Diario de Cádiz) sí se hizo eco de la tropelía en su momento, es justo decirlo... y por lo que veo, servidor no iba descaminado. O sea, no saben cómo solucionar el problema... por un lado autorizan el trazado de una línea férrea para un tranvía que pasa por mitad de un sitio histórico declarado Bien de Interés Cultural desde los años cuarenta. De otro, no se percatan de que la batería Nueva de Alburquerque (1810) se encuentra en mitad del trazado... Ya se cruzó valientemente frente a las tropas de Napoleón, y ahora hace lo mismo, cruzarse indolente y desafiante frente a la decisión de algunos ineptos de grueso calibre.

...chifla, chifla, que como no te quites tú...

Me temo que hagan lo que hagan y decidan lo que decidan, YA ES una tropelía, un auténtico atropello contra un monumento que debería estar acondicionado, restaurado, respetado, engalanado, musealizado, y lustroso desde hace muchos años. 

FALTA FOTO

22 de Julio de 2009

Hoy, los constructores de tranvías han descarnado las viejas piedras de la batería Nueva de Alburquerque hasta encontrar agua y fango a un metro de la superficie. ¿Qué quieren saber? ¿Qué buscan?

Tal vez buscan trasladarla de lugar, piedra a piedra, como hicieron con Abu Simbel. ¡Que lujo pordió!

O tal vez quieren saber si una vez enterradas las viejas piedras, y con las vías colocaditas encima, resistirán el paso de un tranvía cada quince minutos sin hundirse... ¡porque sonpofesionales y sería una triste guasa que al final se les hundiera el chiringuito, joder

¡Menuda manada de desastrosos!



martes, 21 de julio de 2009

Empatía, psicopatía y evolución


Según la RAE, empatía es la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro. Dicho de otro modo, la empatía es la capacidad de sentir compasión por el otro. Pero ¿qué ocurre si alguien es incapaz de sentir o entender la compasión por el otro de igual forma que un ciego de nacimiento no puede concebir qué cosa es el color rojo?

En este caso tenemos a un psicópata. El psicópata es un ser humano que no entiende ni puede entender qué cosa es la compasión. Se le puede explicar con palabras, con imágenes, con ejemplos… pero no puede entenderlo porque jamás la podrá experimentar. Son seres humanos distintos; en cierta forma tal vez pudieran ser el camino evolutivo que conduzca a otra especie. Y los neurocientíficos nos explican que estos hombres y mujeres son distintos porque ciertas comunicaciones neuronales del lóbulo prefrontal presentan una singularidad que les impide bloquear según qué impulsos primarios. Dicho de otra forma, el psicópata no puede reprimir sus impulsos de supervivencia por condiciones culturales añadidas, es decir, por el aprendizaje y la socialización. La única regla que concibe es ÉL. Por encima de todo y todos está ÉL y su supervivencia, en cualquier aspecto, vital o cultural. Y, para colmo, sea cual sea su conducta no siente culpa por sus actos.

A veces me asusta leer cosas que los hombres van descubriendo sobre sí mismo. Y esta es una de ellas porque este comportamiento —ausencia de compasión— es la consecuencia de un proceso evolutivo que desemboca en el depredador perfecto. Vendría a ser un homo sapiens con la moral de una mantis religiosa. Por supuesto, no todos los psicópatas somos asesinos en serie, pero en la calle, en la oficina, en el metro, paseamos cientos y cientos psicópatas, potenciales pederastas, asesinos o violadores...

Sí, a veces me asusta leer cosas… en España, en tres días, y en dos lugares distintos (Huelva y Baena) se ha repetido la misma atrocidad: que varios menores han violado repetidamente a una niña. En un documento desgarrador, la madre de una de ellas, entre llantos, se preguntaba que cómo era posible que unos jovencitos hubieran sido capaces de hacer esa monstruosidad a su niña de 13 años… Tal vez la inhumana respuesta sea esta.

Y más me asusta leer que el debate está servido. No hay acuerdo en cuanto al comportamiento psicopático: ¿Son culpables estos hombres si su comportamiento es impermeable a la influencia cultural? (No se le puede enseñar, adoctrinar o hacer entender) ¿Qué culpa tiene el violador-psicópata si no tiene mecanismos fisiológicos para abortar la agresión? (Ni siquiera sabe qué cosa tiene que reprimir) Por otro lado, si la cárcel no busca represión/venganza, sino la reeducación del reo ¿hay que meter a los psicópatas en la cárcel aún a sabiendas de la imposibilidad de regeneración y conociendo que al salir seguirán siendo igualmente peligrosos para la sociedad?

Entonces ¿cómo nos defendemos de ellos si hay serias dudas sobre su imputabilidad? ¿Qué hacemos con estos pobres indeseables a los que les ha tocado ser psicópatas sin buscarlo y sin poder evitarlo, como el que es rubio, gordo o pecoso?

Legisladores, criminalistas, educadores, neurocientificos, psicólogos no saben cómo enfrentar de forma justa y eficaz el asunto. Pero servidor lo tiene claro. Lo primario y lo sencillo, lo que yo haría, es desearles lo propio, o sea, una buena tortura, refinada y prolongada, y que aprendan así las consecuencias de sus actos...

¿Ves? Yo también puedo ser (al menos de palabra) un potencial psicópata, un espécimen con ausencia total de empatía… ¿Dónde puñetas estará el equilibrio? ¿Dónde?

lunes, 20 de julio de 2009

Serie Irlanda. Arrancar el alma de cuajo

FALTA FOTO

Niños ViJo haciendo patria en la Punta Española / Irlanda, costa oeste, cerca de Doolin

A los irlandeses les ha pasado como a gallegos, vascos o catalanes, que otros nacionalistas han intentado arrancarles de cuajo la lengua de sus padres, que es como arrancar de cuajo el alma de un pueblo. Los que siguen pensando que es bueno imponer a sangre y fuego una nación, una religión, una lengua, piensan mal y demuestran ser miserables porque no se puede hacer desaparecer la lengua de los murmullos, la que usa la madre cuando amamanta al hijo, la que usa el abuelo para contar sus viejas historias... esos sonidos son como el alma, y sólo existe una forma de perderlos.

Por eso ahora andan los irlandeses a trancas y barrancas recuperando el gaélico como la seña de identidad más profunda, como gallegos, vascos y catalanes. No, a pesar de todo no creo que sea posible arrancar de cuajo la lengua de los murmullos, la que usa la madre cuando amamanta al hijo, la que usa el abuelo para contar sus viejas historias...



viernes, 17 de julio de 2009

Serie Irlanda. Música en el alma

En Irlanda me acordé mucho de mi compadre Caberna, viejo amigo del alma, poeta, cantor... porque él habría disfrutado muchísimo con la música que se oye y disfruta en todas las partes de la isla; en todas. Tanto es así que me lo imagino perfectamente metido en los pub’s (sin salir de ellos pa ná pa ná), y no precisamente por las pintas de guinness, esa exquisita cerveza negra (...que también, no vayamos a decir lo que no es)

Me imagino a Carlos extasiado por la frescura de la música que se practica con una facilidad que nos asombra... hablo de la música tradicional de raíz celta y también de la popular que exportaron a América del Norte en la hambruna del XIX. Y quizá mi amigo se acordaría entonces de Juan Salas, su alter ego musical y compañero de muchas batallas, y al final la cerveza acabaría tal vez convertida en lágrima y resbalando hasta llegarle al bigote... tal vez. Irlanda, la penumbra del pub, la música, la cerveza y el recuerdo de un amigo tienen esas cosas...

mi compi de la vida le parece que los pueblos que han sufrido mucho (e Irlanda es uno de ellos) se refugian en la música que les nace de lo más primitivo y profundo, y les ayuda a reír para sobrellevar mejor las penas. Andalucía es un caso claro, e Irlanda parece igual. Tienen un acervo musical común que produce cierta envidia...

En Irlanda hay músicos no profesionales en cada pub, esos antros maravillosos y acogedores, que con el clima que tienen los pobres era un invento inevitable. Pero los hay también por la calle. Me fascinan los músicos callejeros...


En Cork, un joven que parecía recién salido de ordeñar vacas, con sus botas de agua y su pantalón de chándal sucio de barro, se puso a cantar viejas canciones populares en mitad de la calle. Un grupo de jóvenes las cantaban al pasar... le entregué medio euro y le dije: “Bravo, pisha. Por mi padre que eres un tío simpático”. Y el chaval me dio las gracias (eso lo entendí) y siguió con una parrafada... “Es que yo soy del Barrio_la_Viña y como que no me defiendo de Puerta Tierra pallá” (En realidad no soy del barrio de la Viña – Cádiz, pero a él qué le importaba) ¡Oye, pareció entenderme porque no insistió! Se ve que es sabido que los de la Viña saben de cuplés, pero no hablan inglés.


(Como esto lo lea uno de la Viña me corre a boinazos)

Y una argentina, guapa, morena, con esa belleza racial tan distinta al fondo nórdico de las mujeres irlandesas, desparramaba melodías por la calle central de Galway ...no llores por mí, Argentina... La estuve escuchando hasta que agotó su repertorio y le entregué mi propina como el que entrega un imposible deseo de felicidad. “¡Qué bien lo haces, mecachis!”. Y me lo agradeció con una voz dulce. Era argentina, el idioma une, es verdad. Llevaba un año en Irlanda, y no le gustaba la oscuridad del país. Nos despedimos, y en la despedida nos miramos directamente a los ojos una fracción de tiempo más de lo necesario. Me gustó su mirada... la llevé un rato en la retina.


También en Galway me encontró una rubia extraída de lo profundo de la estepa rusa. Un rostro exótico, rubia, que ofrecía suaves silbos con su flauta. Y en Dublín, a resguardo de la lluvia, un supuesto joven profesor me miró con una mirada azul mientras seguía silbando con su pequeña flauta irlandesa...


O los músicos de jazz en una esquina del Temple Bar, en pleno Dublín; o esa pareja de irlandeses que tocaba cada noche en un pub de Killarney...

Sí, me fascinan los músicos callejeros porque cada uno, además de su música, ofrece la posibilidad de imaginar una vida... ¿Dónde dormirá esa noche? ¿De quien recibirá palabras de amor? ¿Cuan lejos quedarán su casa y sus amigos? ¿Qué historia oculta detrás de la música?... me fascinan y me dejo una pasta en cada viaje, porque les agradezco la sugerencia que me ofrecen y la vida que imagino para ellos.

Sí, mi compadre Caberna habría disfrutado una barbaridad...



miércoles, 15 de julio de 2009

Serie Irlanda. El aroma de los bosques

FALTA FOTO

Camino junto al lago Corrib. Parque natural de Connemara, oeste de Irlanda

Irlanda viene a ser como Galicia, pero sin corredoiras, sin eucaliptos y, sobre todo, sin meigas. Tampoco tiene Irlanda demasiadas zarzas; allí, las ruinas, los árboles y los postes de la luz quedan cubiertos por hiedras con una pujanza enorme. Las hiedras lo tapizan todo... y como llueve tanto, que no da tiempo a que se sequen los caminos, entonces no hay polvo para cubrir las hojas de hiedra. Por eso aparecen siempre tan brillantes y lustrosas, que da gusto verlas.

Tampoco hay gorriones en Irlanda... y esto es sorprendente. Por los condados de Cork y Killarney los cuervos los han sustituido, y te ves a decenas de esos pajarracos picoteando entre las mesas de las terrazas como si fueran gorriones o palomas españolas... ¡jolines, que salud tienen aquí los gorriones!, decía mi compi.

Es verdad lo que dicen, en Irlanda llueve cada diez minutos y los prados son amplios y verdes para que las vacas se tumben en esa alfombra... pero los bosques no huelen como huelen los bosques galegos o asturianos. Uno espera que al inspirar se le llenen los pulmones de fragancias a tierra húmeda, a suelo empapado en lluvia, a humus... pero no ocurre eso. No sé, tal vez sea la suave temperatura que no propicia la fermentación necesaria para provocar los aromas de un bosque galego. Porque los aromas de un bosque son indispensables para sentirlo en su plenitud... los galegos o asturianos huelen a frescura húmeda. Es el aroma que encierran las pequeñas iglesias de granito cuando la guardesa las abre al viajero. Sin embargo, los bosques de Cazorla y Doñana (y todos los del sur), huelen a resina de pino, a romero y a tomillo, que son fragancias densas que rodean al caminante. Un bosque sin aromas está incompleto, está un poco vacío, es como un beso sin cariño...

...será que los druidas celtas hace mucho que se fueron y nadie ha besado esos árboles desde entonces...

miércoles, 1 de julio de 2009

Paréntesis


Ahora que la escribo —paréntesis— me doy cuenta de lo preciosa que es esta palabra. Por la fonética y por el concepto que nos transmite… una pausa entre dos pasos; un silencio en mitad del griterío; otro paisaje en la rutina de cuatro paredes y una puerta: un cambio efímero. El paréntesis es una mejoría condenada al fracaso...

Y ahondando más en la sensación, ¡que fantástico invento es la escritura! Tal vez la prueba más clara del ingenio humano. Que con apenas veinticinco o veintiséis simbolitos gráficos son posibles casi infinitas combinaciones, y cada combinación es una palabra que fija un concepto y un símbolo… y, sobre todo, es asombrosamente extraño que hayamos sido capaces de ponernos de acuerdo en entender el mismo concepto partiendo de una combinación de grafos ¡que no significan nada en sí mismos!

Y para colmo, la combinación de palabras conforma discursos que transmiten ideas a veces simples y cercanas, a veces complejas y elevadoras. Y con esos veinticinco simbolitos escribimos libros enteros que son como sueños convertidos en una realidad repetible con solo pasear los ojos por encima. ¿Quién le iba a decir a ese Cro-Magnon de hace 50.000 años que podría compartir una y otra vez sus sueños más íntimos?

Veinticinco letras que son capaces de aumentar exponencialmente el acervo cultural de la humanidad, ¡hasta el infinito!… y con solo ocho podemos escribir

P-A-R-É-N-T-E-S-I-S

¡Que preciosa palabra! Por la fonética y por el concepto que nos transmite…

…bueno, pos eso, que me voy unos diítas (de paréntesis) a Irlanda, a buscar un druida que me averigüe una pócima mágica de esas que lo arreglan todo… ¡Nos vemos pronto! Y mientras tanto, pecad todo lo que podáis sin molestar al personal...