lunes, 30 de junio de 2008


El Niño_Grande sigue jugando a mirar a través de un caleidoscopio. Pero esta vez es el fondo de un vaso de precipitados lleno de cristalitos de tetralita... mal asunto, los caleidoscopios deberían ser juguetes y los Niños_Grandes deberían seguir siendo Grandes_Niños... entonces el mundo sería un jardín.


miércoles, 25 de junio de 2008

Siempre estamos llegando

Ceuta se nos acaba pronto. A un lado las olas, y al otro una frontera. Las fronteras son inventos y no se ven desde lo alto... pero pinchan y sirven para separar. Cuando miramos a los hombres del otro lado no hay gran diferencia... pero cuando nos marchamos de Ceuta, cuando dejamos el viejo barrio de la niñez, nunca atravesamos la frontera del sur, no. Nuestra singladura viró al norte.

FALTA FOTO

Ceuta es lo que tiene, que la dejamos atrás... abandonada al fondo de una estela de espuma y pavanas. Pero, nos guste o no, la mantenemos hilvanada en el corazón.

No se si hay más caballas fuera o dentro. Servidor fue uno de los de fuera, y se me olvidó Ceuta casi instantáneamente. Durante cuarenta años fue un recuerdo evitable que apenas despertaba sentimientos. La vida era demasiado intensa como para pensar en el pasado... ni siquiera existían momentos para imaginar un futuro porque el presente exigía más. Hubo que hacer muchas cosas en ese tiempo; trabajar, viajar, encontrar a la princesa, descubrir a los hijos, leer, mirar cómo discurría el mundo, escuchar a los amigos... y tal vez percibir por última vez la sabiduría de tu padre. Hubo que crecer… o decrecer, ¿quién sabe?

Pero la vida es sorprendente. Siempre nos deja con las patas colgando y la boca abierta... porque después de cuarenta años de olvido, cuando ya los hijos se han ido y en lo profesional apenas queda algo por conseguir, ahora, ya más serenos, es cuando volvemos la vista atrás y uno descubre que el barrio sigue pegado en la piel. Sí, sí... hablo de Villajovita, ese barrio de la niñez, con calles de barro y de cantos rodados, el que comenzaba en las murallas merinidas y terminaba en un barranco que caía hasta el arroyo Bacalao, ese.

Y la sorpresa es mayúscula cuando abrazo ahora al robusto guardia civil y resulta que esManolito. Y el capitán de infantería que me da un cogotazo resulta que es el Cibolilla... y aquel grandullón que me tiene comido el corazón resulta ser el Vareíta; y el senador es Pepito (¡Pepito senador!) Y con el tío ese, Paquito, el del bigote, ese que parece tan serio y que hacía cuarenta años que no veía, con ese puedo estar hablando por teléfono media hora... y riendo. Y ese artista socarrón de pelo blanco es Lorente ¡joder, con Pepito Lorente!; y mi Chechita no para de abrazarme... y aquel que era tan chico y tan malísimo, el Aquilinín, es una delicia de tío. Y tantos niños cincuentones... tantos. Pues ahí están, pegados a la piel, y sin ganas de ducharme, no se me vayan a caer.

¿Y Angeli? ¿Qué me decís de Angeli? La puñetera niña sigue tan guapísima como entonces, aunque sea abuela. Y menos mal que Maribelita recuerda como una broma aquella proposición deshonesta (…lo que ella no sabe es que iba en serio). ¡Lo que me he reído con Mariquita cuando se enteró que la vigilábamos a través de la cerradura de su puerta! Y las niñas invisibles, las que tenían diez años cuando nosotros quince, ¡madre mía!, ¡cómo se las ve ahora! A todas amé un poquito, a todas... y a todas quiero ahora.

Sí, la vida es sorprendente. Un lugar tan minúsculo como Villajovita ¿cómo puñetas ocupa tanto en el corazón? ¿Cómo...? No podíamos imaginar que compartir recuerdos fuera tan gratificante... aquellos niños y niñas de los años cincuenta y sesenta, los que corríamos por las calles de Villajovita, compartimos ahora una memoria común. Y eso es estupendo.

Sí, Ceuta es lo que tiene, que la dejamos atrás... abandonada al fondo de una estela de espuma y pavanas. Pero, ¡no se cómo!, siempre acabamos llegando...

Se publicó en el Faro de Ceuta, el 25 Junio de 2008



miércoles, 18 de junio de 2008

Pulque chiclanero

Pita en la Loma del Puerco, un antiguo paraíso natural en Chiclana de la Frontera
(Cádiz-España), a punto de desaparecer reconvertido en jungla de cemento

Aquí le decimos pita, y -además de toda la plata que pudieron rapiñar- la trajeron los españoles de México. Es una planta correosa que se ha adaptado estupendamente a los paisajes del sur. Los aztecas la llamaban maguey y cuando hacían cortes en el ápice (el gran espárrago que crece en el centro de la planta) segrega en gran cantidad un zumo muy rico en azúcares llamado chalchihuatl. Cuando, a las pocas horas, fermenta se transforma en el pulque, una bebida tradicional, espesa y algo babosa, que produce una embriaguez singular porque continua la fermentación en el estómago...

...la misma embriaguez que provoca contemplar estas imágenes.

Pita en la Loma del Puerco. Al fondo las últimas estribaciones de Novo Sancti Petri,
urbanización devoradora de un espacio natural que fue precioso. Chiclana
de la Frontera (Cádiz-España)



lunes, 16 de junio de 2008

Fotos en un tubo: DESTELLO FUCSIA en la disposición adecuada


La cuestión es encontrar la disposición adecuada. El eje del tubo debe ser paralelo al plano de la pared, y muy próximo a ella; y la dirección de los rayos del SOL (considerado un punto luminoso) debe ser perpendicular al eje del tubo (y contener, por tanto, la normal al eje ) Sólo así los rayos emergentes se concentran en una línea… y llega a parecer un rayo verde (en este caso destello fucsia) que parte de un pequeño horizonte y se dispara al firmamento… dentro del tubo.

…pasa lo mismo con los hombres, que somos ciegos y sordos a todo estímulo externo mientras no los recibamos en la disposición adecuada. Es decir sólo percibimos un espectro limitado de sonidos y colores porque nuestros sentidos son limitados. ¡Pero existe un universo desapercibido más allá del umbral de nuestros sentidos!

Y tal asunto, elevado a la enésima potencia, hace que solo entendamos y/o percibamos palabras, ideas y sensaciones cuando son armónicos ideológicos a nuestras entendederas.

Sí, parece que seamos realmente complejos. Entendernos va a seguir siendo una tarea fascinante…



jueves, 12 de junio de 2008

La Mujer Despreciable


Conozco bien a mis dos amigos. Cuando ella dijo eso lo anoté en la servilleta textualmente. Yo creo que en parte se explica porque la educaron las doroteas y luego las escolapias… y eso, quieras o no, infunde un carácter que puede ser indeleble. Y para colmo su madre era una tradicional, abnegada y honesta madre española de los años 50 y su padre igual, un típico padre español de los 50, de los de bigotito estrecho y aquí se hace lo que yo digo porque para eso ganamos una guerra... Prácticamente igual que los padres de su pareja, educado a su vez por los reverendos y recios padres agustinos.

Todos los hijos de esa generación llegamos al matrimonio —sí, al matrimonio católico de toda la vida, porque la mayoría no teníamos otra alternativa si queríamos vivir nuestra propia vida— con unos roles sexuales/sexistas muy claros y muy bien aprendidos… Y no creo necesario enumerarlos.

Y si ahora, pasados los años, hemos evolucionado hasta convertirnos en parejas equilibradas y respetuosas entre nosotros, con un comportamiento no sexista, es porque hemos aprendido a hacerlo y hemos implicado raciocinio a la cosa. Comprendemos intelectualmente que es inviable mantener los roles sexistas que nos tocó aprender desde muy jóvenes, pero en el fondo sigue grabado a fuego el otro mensaje, el que resulta contradictorio:
Tú eres mujer y te debes a tu condiciónTú eres el hombre, traes el dinero a casa y vistes pantalones...
Frente a esto debemos anteponer la razón, y no bajar la guardia.

Yo te he hecho un ser mejor —decía mi amiga a su pareja, medio en broma y con una pizca de sarcasmo— porque eras un inútil y ahora llevas la cocina y la intendencia de esta casa, y porque asumes algunas cosillas más… Pero tú me has hecho una mujer despreciable porque vivo en una contradicción. Siento que NO soy la mujer de mi casa, y mis hijos no me piden mis comidas, y mis amigas tienen sus casas relucientes y la mía no está reluciente porque estoy parte de la semana haciendo yoga, leyendo novelas y ensayos en un sillón o pintando acuarelas

Es verdad que hay una pizca de broma en la frase de la servilleta… pero también hay resignación y un reproche lanzado al éter.

Nos tocó vivirlo. A cada uno le toca vivir su tiempo. Y mucho de lo que nos hicieron aprender como un valor irrenunciable ya no sirve. Hemos tenido que asumir, por nuestros propios medios, nuevos valores y comportamientos que son completamente opuestos…

…y, como a HAL 9000, a algunos les ha provocado una esquizofrenia del caraxo.



martes, 10 de junio de 2008


Dicen que sólo el homo sapiens es capaz de percibir el paso del tiempo y planear el futuro como un momento por venir —tal vez sea algo presuntuoso pensar eso—. Y dicen que por esa razón el hombre piensa su propia muerte con antelación… servidor, un homo sapiens venido a menos, tiende a pensar que tal pensamiento es mejor que peor.

Y sentado frente a este particular stonehenge de Cádiz, servidor es capaz de percibir el paso del tiempo mientras el sol cae… las columnas inmóviles evidencian el movimiento del sol y sirven para ver que mientras el tiempo se marcha, la vida mengua al mismo compás… y ahora se que eso me hace feliz porque, aunque quede menos tiempo para vivir, lo he transmutado en belleza… y lo recuerdo y revivo cuando quiero.

¿De qué vale cualquier momento si no es un instante bello?

domingo, 8 de junio de 2008

Levante en Karma



Cuando llegué a esta tierra, hace ya casi treinta años, me llamó enormemente la atención la cultura de los vientos que la gente de la calle utilizaba a diario. En Ceuta soplaba levante o poniente, pero eso era cosa del tiempo y la cuestión apenas tenía enjundia... pero en la Isla de León el levante y el poniente son parte de la vida, del lenguaje y de las circunstancias de cada uno. Y seguramente lo es desde que los romanos labraron salinas, y usaban la sal y el levante para fabricar gárum.

De pronto uno decía rascándose la rodilla: ¡Va a saltar una levantera que nos vamos a enterar! Y saltaba. Y cuando el levantasso –cuantas más eses sustituyan a la zeta, más fuerte es el viento- estaba en plena ráfaga, otro decía: El domingo se quita el levante. ¿Y por qué puñetas se va a quitar? Pensaba servidor. Porque sabido es que levante juevero no es dominguero. Y como esta, decenas de sentencias.

Y cuanto más veterano era el señor que profetizaba el comportamiento del viento, más acertaba... por eso no entendía a Flores, que era un señor muy mayor, a punto ya de jubilarse –cuando los trabajadores se jubilaban a los 70 años- que siempre decía que a él lo que más le gustaba era el levante en Karma. Yo lo imaginaba en la playa de Camposoto, sentado en la postura de Loto, ojos cerrados soportando estoicamente las ráfagas de arena que se clavan como agujas, buscando fundirse con lo absoluto y acercarse al nirvana... pero me chocaba porque Flores no parecía tener vida interior; no, no era señor muy dado a la mística, más bien todo lo contrario porque a media mañana ya había destilado media botella de tinto a granel y no tenía lo que se dice una gran conversación.

...con el tiempo comprendí –no fue difícil- que a Flores lo que le gustaba era el levante en calma... que pa él sonaba igual, pero no es lo mismo, pisha.


En la imagen, la playa de Cortadura, Cádiz.



viernes, 6 de junio de 2008

Manolo, el de Virginia

Volví a recordar a Manolo, el de Virginia, hace pocos días, cuando la sonda Phoenix aterrizó en Marte. Hace cuarenta años, el planeta Marte era fascinante… más que ahora porque era mayor el misterio que atesoraba.


Manolo y Virginia tenían una pequeña mercería en Villajovita, un pequeño y singular barrio de Ceuta (la España del norte de África); y en la puerta del negocio Manolo colocaba algunas novelitas baratas del Oeste, de esas que escribía Marcial Lafuente Estefanía… pero de vez en cuando también colocaba algunas de ciencia-ficción de la colección Espacio. Sólo las portadas me transportaban a lugares cósmicos. Estaríamos a mitad de los años 60. Ese día Manolo había colocado una novelita cuyo título hablaba de Marte. El autor era Clark Carrados, y costaba cuatro pesetas. No era sencillo reunir cuatro pesetas… y cuando se las entregué a Manolo, miró la novelita del derecho y del revés, chasqueó la lengua en un gesto de pena. Y me dijo:

— Hombre, no está mal que leas… pero podrías leer otras cosas.

Al cabo de los años comprendí… pero no estuvo mal empezar por ahí.

Lo que sigue es un extracto de ”Crónicas de Villajovita”, MIGUEL ÁNGEL LÓPEZ MORENO. ISBN: 84-609-8966-6. pp. 110-111. Ed. Colectivo Niñ@s Vi.Jo. Ceuta / 2006
Manolo, el de Virginia. A unos metros estaba la mercería VIRMAN. La regentaban Virginia Palacios –siempre muy arreglada y compuesta– y Manolo Guerrero y, además de los géneros propios también vendían novelas. Ahí compré mi primera novelita de ciencia-ficción, costaba cuatro pesetas, el título mencionaba el planeta Marte y el autor se hacía llamar Clark Carrados. (…) Recuerdo que Manolo fue perdiendo paulatinamente la visión, y al final de la década, a fuerza de tesón y amor propio, y ya completamente ciego, era capaz de despachar cualquier artículo, incluso acertar el color del botón o del carrete de hilo que se le pedía. En los últimos tiempos, las contraventanas que daban al jardincito de su casa siempre estuvieron entornadas. Manolo y Virginia no tuvieron hijos (su ahijado, Juan Antonio Palacios –que fuera alcalde de Algeciras-, nos aporta estos entrañables recuerdos); eran dos bellísimas personas que vivieron muy unidos entre sí y fueron un referente en el barrio para muchos temas. Manolo había sido inspector de abastos durante la II República y ejerció su profesión en el mercado central de Ceuta. Cuando el general Franco –Caudillo de todos los españoles, quisieran o no– inició su Cruzada, fue encarcelado en el presidio del monte Hacho. Y cuando lo excarcelaron, igual que a otros muchos ciudadanos, fue estigmatizado e inhabilitado profesionalmente. Para salir adelante tuvo que montar su modesta mercería en Villajovita, y llevar una vida discreta. Sin embargo, durante toda la vida mantuvo erguidas sus ideas. Recuerdo que Manolo hablaba de una forma distinta, el niño que servidor era no alcanzaba a saber las razones, pero no lo percibía como a los demás. Hoy día su ahijado responde a la pregunta que aquel niño apenas esbozó: Manolo poseía una gran formación humanística y una de las mejores bibliotecas de Ceuta... él y Virginia fueron dos adelantados en el tema de la incorporación de la mujer a la vida activa en un mundo que estaba a décadas de estas conquistas. Muchos en el barrio conocían la historia de Manolo y entendían que este era un asunto reservado y personal. La mayoría de la gente vivía y dejaba vivir, pero no todos. Algunos vecinos delataron a Manolo cuando refugió en su casa a perseguidos por las autoridades que vencieron en la guerra civil. Juan Antonio Palacios, su ahijado, nos dice que “...si tuviera que definirlos desde el recuerdo, diría que fueron dos grandes personas, que amaban profundamente la vida y que adoraban Villajovita, como el mejor de los lugares para vivir”. Sirvan estas líneas para recordarles con cariño.


miércoles, 4 de junio de 2008

El alijo de tabaco americano

Mi barrio era Villajovita; estaba en Ceuta, y crecía a la sombra de las murallas merinidas -que son árabes del siglo XIV- y terminaba en el arroyo de Fez...





Al otro lado del arroyo de Fez crecían chumberas hasta el mismo borde de la cuesta de Varela. Y más allá del asfalto se ascendía al Monte Canca, que ya sólo era un descampado, pelado y terroso… que una vez amaneció con unas familias de gitanos itinerantes que lo habían transformado en su campamento temporal. Todos los niños íbamos allí llenos de curiosidad para ver tan exótico espectáculo. Y recuerdo que nos echaban de mala manera a la hora de comer porque los hombres se sentían violentados en su intimidad…

Por entonces nadie sabía que los moros habían llamado a ese regato de agua Arroyo de Fez (donde aún quedaban tortugas, ranas, sapos y culebras), para nosotros era el arroyo de Bacalao porque Bacalao tenía su casa justo donde el arroyo se encauzaba en un túnel angosto que desembocaba en la playa de Basurco, cien o doscientos metros más abajo. Ese túnel era lugar propicio para pecar contra el sexto mandamiento de la Ley de Dios… y tampoco estaba lejos de la iglesia para confesar inmediatamente el tremendo pecado al padre Béjar … ¡si es que uno sentía la culpabilidad del pecado, que de todo había!

Esteban, el de la huerta, que era hermano de Antoñita y Cristóbal —también llamadoTobalo, Cibolo o Cibolilla— solía recolectar higos-chumbos entre el arroyo Bacalao y la cuesta de Varela; y eran unos frutos espléndidos. Los había de pulpa blanca, amarilla, naranja y morada. Los morados eran los más escasos y los más apreciados. El tío los pelaba con una navaja de cachas negras y punta inversa, y parecía inmune a los pinchos…

Recuerdo que un día amaneció el barrio alborotado porque unos contrabandistas habían abandonado un enorme alijo de tabaco rubio americano entre esas chumberas. Y, claro, los más madrugadores se habían jartao de pillar tabaco… hasta que llegaron los guardias civiles y pusieron un poco de orden.

Esteban, el de la huerta, estuvo fumando Chesterfields durante años…


Villajovita, un barrio de Ceuta. Al fondo la playa Benítez. En plano medio el Monte Canca reconvertido en una explanada; la cuesta de Varela y chumberas del arroyo de Fez. Susana salta la comba e Isa Mary bate la cuerda al final de la calle Góngora. Año del Señor de 1965



lunes, 2 de junio de 2008

Cuestiones balísticas: La Plancha

Luego me lo explicó...

...por lo visto tenía que haber planchado yo...

¡Casi treinta años de convivencia y aún es una cajita de sorpresas!